El TOC (osteocondrosis disecante) es una enfermedad bastante común del sistema musculoesquelético en perros. El TOC ocurre principalmente en razas de perros de tamaño mediano a grande y causa cojera en los animales afectados.
Explicaremos a continuación cómo puede reconocer el TOC en su perro, qué causa la enfermedad y cómo se trata.
También aprenderá cómo apoyar a su amigo de cuatro patas y qué puede hacer para prevenir el TOC en su perro.
La abreviatura TOC significa la enfermedad osteocondrosis disecante. Este es un trastorno del desarrollo del sistema musculoesquelético, o más precisamente un trastorno degenerativo en la formación de cartílago en las articulaciones.
Normalmente, el cartílago articular se suministra con nutrientes a través de la sinovia (líquido sinovial). Sin embargo, el cartílago puede crecer hasta un grosor que hace imposible el suministro adecuado de nutrientes.
Si este es el caso, el cartílago articular muere. Las escamas de cartílago pueden separarse del resto del cartílago. Solo entonces el perro desarrolla el TOC. Las escamas de cartílago pueden permanecer unidas al resto del cartílago o desprenderse por completo.
Si este último es el caso, se habla de cuerpos articulares libres. Los cuerpos articulares libres pueden unirse a la cápsula articular, entre otras cosas. Allí, Synovia les suministra nutrientes, lo que les permite seguir creciendo y osificarse.
Esto a menudo se asocia con inflamación en las articulaciones, que tarde o temprano puede provocar osteoartritis secundaria en perros.
El TOC ocurre en perros jóvenes de alrededor de cuatro a siete meses de edad, aunque las causas exactas de la enfermedad aún no se han establecido claramente. Sin embargo, se puede suponer que la enfermedad de osteocondrosis disecante se ve favorecida por varios factores.
Debido a que ciertas razas se enferman particularmente, el TOC parece ser al menos parcialmente heredado en perros. En la mayoría de los casos, la enfermedad ocurre en perros grandes. Sin embargo, las razas de perros pequeños rara vez se ven afectadas.
Una dieta equilibrada es vital para el desarrollo saludable de los perros jóvenes. Los errores cometidos pueden aumentar el riesgo de que un perro desarrolle TOC.
Además del suministro excesivo de energía, que hace que el crecimiento sea demasiado rápido, un suministro de vitamina D, fósforo y calcio adaptado a las necesidades juega un papel importante en este contexto. Debido a que las cantidades incorrectas de estos micronutrientes pueden interrumpir la maduración de las células del cartílago y, por lo tanto, contribuir a un engrosamiento del cartílago articular.
Otro factor que parece desempeñar un papel importante en el TOC son los niveles hormonales. Esto se debe a que los trastornos hormonales pueden conducir a un mayor crecimiento del cartílago.
Si hay un trastorno circulatorio adicional en las articulaciones afectadas, el cartílago ya no se suministra adecuadamente con nutrientes.
El sistema musculoesquelético aún no se ha desarrollado adecuadamente en perros jóvenes y, por lo tanto, es particularmente sensible a la sobrecarga. Por ejemplo, exponer a las crías a una tensión excesiva por jugar y retozar puede provocar TOC y otros problemas permanentes en las articulaciones de los perros.
En los perros, el TOC se produce principalmente en las articulaciones de los hombros y, a veces, también en las rodillas, los codos y los tobillos, y se manifiesta principalmente por cojera.
Si nota una marcha insegura, una notable falta de movimiento y articulaciones inflamadas en su amigo en crecimiento de cuatro patas, estos son posibles signos de una enfermedad con TOC.
Si los síntomas mencionados aparecen en su perro, debe consultar a un veterinario inmediatamente. Pueden verificar si sus sospechas son correctas y si su perro tiene TOC o si hay otra enfermedad articular.
Además de simplemente escanear y mover las articulaciones afectadas, las radiografías y los exámenes de resonancia magnética, así como un espejo articular, ayudan al veterinario a diagnosticar el TOC en su perro.
La forma exacta en que los perros son tratados con TOC depende de la gravedad de la afección. Si no se han resuelto las escamas de cartílago en el momento del diagnóstico, una combinación de medicamentos antiinflamatorios, la reducción de la actividad física y el ajuste de la dieta a menudo son suficientes.
Si ya hay fragmentos sueltos de cartílago, también puede ser necesaria una intervención quirúrgica para contrarrestar el TOC en el perro y evitar quejas adicionales para el amigo de cuatro patas.
La articulación debe inmovilizarse durante varias semanas. Además, la fisioterapia dirigida puede ayudar a restaurar la movilidad y fortalecer los músculos.
Cuanto antes se reconozca y se trate la enfermedad, mayores serán las posibilidades de cura para los perros con TOC. Por esta razón, es importante que siempre vigile a su pequeño amigo de cuatro patas y haga una cita con el veterinario de inmediato si nota alguna anomalía en el sistema musculoesquelético.
La prevención siempre es mejor que el tratamiento. Para reducir el riesgo de desarrollar TOC, debe evitar sobrecargar el sistema musculoesquelético en su perro joven.
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